sábado, 23 de octubre de 2010

LOS ANIMEROS DE SAN JUAN TLILHUACAN




Por: María Elena Solórzano (Cronista de Azcapotzalco)

“El día de muertos” es una tradición que se recuerda los días primero y segundo de noviembre, esta festividad data de la época pre-hispánica, se suspende con la llegada de los españoles y según las crónicas se reanuda en el año de l563, por fray Sebastián de Aparicio, en la hacienda de Careaga, después llamada hacienda del Rosario y donde hoy se encuentra la unidad habitacional más grande del mundo.
En el pueblo de San Juan Tlilhuacan, la ceremonia de los fieles difuntos se realiza de la siguiente forma:
Se inicia el día 31 de octubre a las doce del día, con el repicar de las campanas que anuncian la llegada de los espíritus de los niños, el día primero de noviembre se repica nuevamente a las doce horas para despedir a las almas de los infantes, después las campanas doblan en señal de las ánimas de los adultos.
El día primero de noviembre salen de la iglesia dos o tres grupos de personas, la gente los llama “Los Animeros”.
Ellos recorren el pueblo, cantando y diciendo estrofas a las ánimas, portan un ayate y una campana que suenan durante el recorrido, se tocan las puertas de los vecinos y todos pasan hasta donde esta instalada la ofrenda.
Una vez en el interior de la casa se reza el rosario, se pide por las ánimas de los difuntos de la casa y por las ánimas benditas del purgatorio, cuando termina esta sentida ceremonia, “Los Animeros” se retiran no sin antes recoger la limosna, las velas, los cirios, fruta de temporada, dulce de tejocote, calabaza, pan, todo es entregado en la iglesia para enriquecer la ofrenda mayor. Posteriormente se oficia la misa el día dos de noviembre.
Al terminar el recorrido “Los Animeros” y sus familias ofrecen a la comunidad que está presente: atole, tamales, pan, café y aguardiente para las personas mayores.

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